|
Jorge Pereyra |
La reciente revelación por Anonymus de que el Estado peruano vigila y chuponea a líderes políticos y ambientales, al estilo de cómo la Agencia Nacional de Seguridad norteamericana espía a líderes mundiales y también a la totalidad de sus ciudadanos, es un signo altamente preocupante que permite afirmar que el régimen humalista minero-policial es ya un Estado policial.
La descubierta actividad de Óscar López Meneses, un conocido chuponeador aprofujimontesinista, también apunta en este sentido y es más de lo mismo de una práctica que se remonta al gobierno aprista de Alan García.
El Congreso debería fiscalizar y pedir explicaciones al Ejecutivo por esta burda e inconstitucional maniobra de espionaje del gobierno humalista que busca a toda costa
imponer por la fuerza y el temor al ecocida proyecto minero Conga, resistido mayoritariamente por la digna población cajamarquina.
Ahora bien, en la película "Al Filo de la Oscuridad", se nos advierte de lo peligroso que puede resultar para la democracia y el derecho a la privacidad de los ciudadanos, este tipo de actividades policiales encubiertas.
Thomas Craven (Mel Gibson) es un veterano investigador del departamento de policía de Boston cuya hija de 24 años, Emma (Bojana Novakovic), una activista política que aparentemente tenía una vida secreta, es asesinada. Tras esta trágica pérdida, Craven decide implicarse en la investigación y descubre un sistema tenebroso y perverso que ha acabado con la vida de la persona a la que más quería.