Audio emitido en Radio Sudamérica(Cutervo).11/12/13)
En la actualidad, en que la
globalización económica y el libre mercado rigen los destinos de nuestro país, y
las políticas orientadas al afianzamiento de nuestra identidad son casi nulas,
no es muy difícil imaginar cuál será el futuro
de nuestros pueblos en cuanto a sus manifestaciones culturales se refiere. Con
un sistema educativo, diseñado, no en base a la realidad de cada lugar sino, a la predisposición del ser humano, para
convertirlo en una pieza más de la maquinaria capitalista, y así generar riqueza para los acreedores del
Estado. Precisamente es esa la manera cómo se produce la transculturización
sobre nuestros pueblos. Se impone nuevos estilos de vida, nuevas formas de hablar,
de vestir y hasta de expresarse, entonces se empieza a desplazar lentamente lo oriundo y propio de cada lugar.
Es ahí donde el ser humano se desarraiga de su propia cultura. Pero a diferencia de los
pueblos de la antigüedad, en donde la transculturación era producto de invasiones, y
guerras, para luego obligarlos a acatar
los nuevos cánones de convivencia impuestas por el vencedor, hoy no se recurre
a estos métodos, sino que, a través de la educación, se va implantando tipos de
conducta nuevos, haciéndonos creer que nuestra idiosincrasia, puede ser digna, pero de subestimación solamente; sembrando ese tan anhelado, para ellos; complejo de
inferioridad.
Es decir: Nos enseñan a odiar nuestras raíces, nos enseñan a avergonzarnos de nuestra cultura, de nuestro
modo de vestir, de nuestra forma de hablar y a todo aquello que represente una
amenaza para sus mezquinos intereses(económicos). Si bien es cierto, el origen de todo esto,
está en el sistema económico capitalista en que vivimos, debemos admitir
dolorosamente, que el instrumento de este modelo económico son nuestros educadores.
Porque es a través de ellos que se transmiten todos los mecanismos de enseñanza
y por consiguiente, terminan formando parte de esta desnaturalizada forma de
alienar la conciencia de nuestra gente. ¿Serán conscientes de ello nuestros
maestros?
¿Se habrán dado cuenta que cuando alguno de sus alumnos, se apresta a utilizar
su propio lenguaje, por ejemplo, con términos oriundos y propios del lugar, el
maestro presuroso se dispone a
“corregirlo” , sin tomar en cuenta que lo único que está logrando es, contribuir
a la enajenación del educando, coadyuvando
así, a la extinción de auténticas manifestaciones culturales que, por el
contrario debería respetarse y fomentarse, puesto que , en este caso, estas
formas de hablar, propias de un determinado lugar, constituyen la variante del idioma, denominado Dialecto? ¿No es acaso,
esa, la forma de contribuir a la desaparición de nuestra propia cultura? ¿Seguiremos
siendo testigos de este arrebato de nuestra identidad? O por el contrario, nos
convertiremos en lo que fueron Los
Vascos, o tal vez como los indómitos Mapuches frente a los españoles.Con esto, no aspiramos a lograr
nacionalismos excluyentes ni chauvinistas, sino, a que se respete y se afiance nuestra propia
identidad en la búsqueda de espacios llenos autenticidad y de pluralismo culturales. ¿O
nos seguirán negando la identidad a la cual tenemos derecho?