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Flor Tan
(Est. Sociología/ UNPRG) |
Las políticas sociales
aplicadas con mucha algarabía por nuestros gobernantes están trayendo múltiples
análisis desde diferentes posiciones en las que es necesario colocar nuestro
punto de vista.
Si bien es cierto, desde 1990 en el gobierno de
Alberto Fujimori se crearon las primeras políticas sociales como FONCODES y PRONAA,
posteriormente en 1997 se creó el Wawa Wasi y en el 2005 el programa JUNTOS;
luego se complementaron con las políticas del gobierno de Ollanta Humala Tazo a
partir del 2011, como Pensión 65, Qali Warma, y Cuna Más.
Estas políticas
sociales instituidas en nuestro país están dirigidas a lograr los siguientes objetivos: Aliviar la
desnutrición, apoyar el ingreso de mujeres al mercado laboral, a las
oportunidades educativas, y estén en capacidad de aprovechar las oportunidades que abre
el crecimiento económico y en condiciones de igualdad, así mismo de alivio de la pobreza y de potenciar el capital
humano de los hogares más pobres del Perú.
Desde mi perspectiva, estas
políticas sociales no están cumpliendo los objetivos para las que fueron
diseñadas. Si bien es cierto por un lado ha
disminuido la pobreza, pero las brechas de las desigualdades sociales sigue en aumento, estas políticas tienen
errores de focalización la cual se puede medir mediante la filtración.
Es decir; hay un porcentaje de personas que acceden a un programa social y que no pertenecen a la población objetivo y la
subcobertura que es otro porcentaje de personas objetivo que pese a ser
elegidos no reciben la atención de un programa social para mejorar sus condiciones de vida.
Estas políticas sociales no están actuando con
la verdadera eficiencia, eficacia y calidad para lograr los resultados propuestos que son; el alivio de la pobreza y el impulso del desarrollo de
capacidades productivas.
Dichas políticas se han convertido en asistencialistas
porque no han logrado desarrollar capacidades, potencialidades y habilidades, tampoco
han facilitado la generación de ingresos propios a aquellas personas usuarias
que se encuentran en la pobreza extrema y que tiene que superarla y disminuir
las desigualdades sociales. Por último es importante que estas políticas
sociales para que funcionen de la mejor
manera tienen que ir de la mano con las políticas económicas.