El tañido alborotado sobre algún
cuero bien templado y el vaivén incesante de un trozo rítmico de madera, han
atravesado las barreras del tiempo y a pesar de las
inclemencias que consigo traen los años, La Cajita ha subsistido con el
vigor del roble sobre el desierto, para que hoy, se siga entonando el
quehacer del hombre cutervino. Los más remotos antecedentes de este conjunto musical (La Cajita),
lo encontramos en el histriónico “Piche Artemio” y el “Amor Mío”.
Son ellos quienes introdujeron esta forma de hacer música popular y
posteriormente “Los Blancos Arenales” y “Los Pachachacas” lo difundieron
y preservaron hasta la actualidad. Sin lugar a dudas, tenemos el privilegio de contar con su presencia
todavía. Su música, su canto, se han arraigado en el corazón de la gente;
en ese privilegiado lugar al cual nunca llegarán aquellos
que se dedican a fomentar su desaparición. Esos que tantas veces negaron sus
orígenes como Pedro antes que cante el gallo, y que viven soñando
con volver a nacer en algún lugar que no fuera el que hoy tienen
como “patria chica”.
No hay nada más denigrante, que ver a
nuestros patriarcas del arte recibiendo migajas de quienes se supone,
tienen la obligación de propiciar el fomento de nuestras expresiones
culturales. Nuestros cultores de La cajita, todos
tienen el mérito que tantas veces se les ha negado. Pero quienes
rompieron las fronteras del centralismo capitalino, fueron Los Pachachacas;
ellos llevaron el nombre de todo un pueblo a esa Lima tan incomprensiva de la
década de los 70´s, esa que, cuando al escuchar el nombre de Cutervo, con
talante de superioridad se le miraba al provinciano por sobre el
hombro, y como quien se refiere a algún plato típico de algún lugar,
preguntaba ¿Con qué se come?. Muy a pesar de ello, se sobrepuso la valiente osadía, que hoy podemos
testimoniar como un acto de gratitud para quienes han dedicado su
existencia a cultivar lo nuestro a cambio de nada.
Se anuncia que pronto se declarará a La cajita como Patrimonio
Cultural de Cutervo. Una justa iniciativa digna de resaltar. Pero , algo me
dice , que este reconocimiento no será otra cosa más, que una triste
capitulación sobre papel membretado, el cual terminará almacenado en los
anaqueles en algún archivo burocrático. ¿Dónde
estuvo el Instituto Nacional de Cultura, el Gobierno Regional, el Municipio
de Cutervo, y todas las instituciones públicas para fomentar nuestras
distintas manifestaciones culturales durante todos estos años?. Todos adolecen
de la misma enfermedad: No tienen presupuesto. Pero eh ahí el
gran problema: Incapacidad de inversión que realmente da vergüenza, y a pesar
de eso se quejan de ausencia de recursos. De hecho,
redactar un documento, con un “pomposo reconocimiento” no demandará de
mayor inversión que la del costo de una hoja de papel.
Sería interesante ver, que las
instituciones públicas de manera mancomunada, implementen talleres de promoción
cultural, donde quienes se encarguen de impartir y transmitir el arte local,
sean los mismos protagonistas; nuestros artistas cutervinos. Esto, no solamente
con afán de cultivar nuestra música tradicional, sino con el fin de
encontrarnos con nuestras raíces. La Cajita seguirá sonando y nos
acompañará en la cotidianeidad de nuestros días, y nuestros artistas no serán
utilizados, para amenizar inauguraciones de alguna obra municipal
inconclusa, y lo peor, sin pago alguno de por medio. La
satisfacción y el deseo de seguir escuchando a través del canto
popular la voz de un pueblo, nos obliga a denunciar la indiferencia
de algunas autoridades hacia lo nuestro, y que sin embargo no
ocurre lo mismo cuando se trata de derrochar y desfalcar los
recursos públicos para costear orgías institucionales. De seguir
así, tendremos tantas Cajas por construir, puesto que habrá la suficiente
cantidad de cuero para poner al sol.