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Flor Tan (Est. Sociología/ UNPRG) |
El
feminicidio en nuestro país es uno de los más graves problemas sociales y de
urgente atención, ya que se está incrementando alarmantemente. Este hecho se suscita
muchas veces por sus propias parejas en las que el porcentaje más alto son
jóvenes de 18 a 35 años.
Es muy preocupante esta situación ya que en nuestro país a
pesar de que en el año 2011 se incorporó la figura del feminicidio para
sancionar estos delitos, sigue ocurriendo muchos actos de este tipo.
Los
asesinatos de mujeres se han incrementado lentamente y este hecho es alarmate en
Perú.
Tiene que ver con un tema cultural que es el aprendizaje social de una
conducta violenta y de percibir a la mujer como un objeto de posesión del
hombre. Llega un momento en que la conducta violenta va logrando
una especie de gratificación, porque el hombre va descubriendo que con su actitud agresiva logra someter a la mujer.
De
acuerdo con la teoría sociológica contemporánea, Ritzer (1993) sostiene que el feminicidio tiene mucho que ver con la violencia que se incuba en la sociedad y en
el Estado debido a la "inequidad genérica" y la de un sistema básico de dominación que ha ido incursionando de
generación en generación llamado el patriarcado. Conjuntamente con el machismo,
en el que el hombre es el que las usa, las controla, las somete, y oprime;
básicamente es una relación de poder de los hombres con respecto a las mujeres.
Asimismo en estos actos se manifiesta la gran diferencia de género en la que
se ha institucionalizado el vínculo de la mujer con la esfera privada, en la que
tiene que cumplir el rol de esposa, madre, ama de casa ligada al entorno del
hogar y de la familia y es por ello que el hombre considera que la mujer tiene que cumplir el servicio doméstico, emocional y sexual; se sienten ser
dueños de sus esposas en la que en momentos de furia estos, cometen el delito de
asesinar a sus parejas. Cuyo
fin de este agresor es mantener a las mujeres en desventaja y desigualdad en el
mundo y en las relaciones con los hombres, permite excluir a las mujeres del
acceso a bienes, recursos y oportunidades, contribuye a desvalorizar, denigrar
y amedrentar a las mujeres y es por ello que reproduce el dominio patriarcal.
La violencia de género contra las mujeres recrea la supremacía de género de los
hombres sobre ellas y les da poderes extraordinarios en la sociedad. De
ello se sabe que el 58% de las víctimas fueron asesinadas dentro de sus
hogares. Esto da a conocer feacientemente que el agresor es su propia pareja, y que actúan
con crueldad; pues atacan a sus víctimas con golpes,
asfixia, y acuchillamientos. Estos actos, claramente nos grafica la importancia que la seguridad ciudadana no debe ser vista solo desde lo que se registra en
las calles sino también en el ámbito familiar, y las denuncias que hacen las
afectadas, en la que las autoridades correspondientes deben hacer cumplir la ley para que los
agresores reciban la pena máxima y con ello podamos disminuir el feminicidio en
nuestro país.
Por
último, frente a esta realidad es necesario reflexionar y no dejar pasar
ninguna señal de violencia hacia la mujer, denunciando de inmediato los casos
para que las autoridades tomen cartas en el asunto, asimismo también hay una
responsabilidad inmensa desde la educación en la niñez, donde se formen
ciudadanos con valores morales para que en el futuro sean personas con ética
humana y ya no se susciten estos casos muy lamentables como el feminicidio.