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Flor Tan (Est. Sociología/ UNPRG) |
El 22 de marzo celebramos el día
internacional del agua por iniciativa de las Naciones Unidas desde 1992, como
una forma de tomar conciencia de la importancia que tiene para la existencia de los seres vivos; asimismo
como una manera de llamar la atención de la importancia del agua dulce y la
defensa de gestión sostenible de dicho recurso.
Este líquido elemento es un
bien esencial para la vida y a la vez un derecho irrenunciable y fundamental
para los seres humanos, por tal razón, todos los países del mundo y sus
gobiernos están comprometidos en garantizar a todos sus ciudadanos el acceso de
este líquido vital, es por ello que deben establecerse reglas estrictas de
salubridad.
Este día es propicio para reflexionar y tomar conciencia acerca de la
importancia que tiene el agua en nuestras vidas y sobre el estado de sus fuentes de este, cada vez más escaso recurso en el mundo, sobre las acciones que se viene tomando en el
cuidado y uso que se le da a dicho liquido indispensable.
Es importante tener muy en cuenta de la cantidad de agua con
la que disponemos; si bien es cierto el 75% de la superficie está cubierta por
agua de ello solo el 3% aproximadamente está compuesta por agua dulce o
consumible.
De este mínimo porcentaje las tres cuartas partes se encuentran en
las grandes montañas y en los
glaciares polares, y solo el resto que queda está dividida en lagos ríos y
aguas subterráneas que son las que consumimos diariamente. Sin embargo más de
una sexta parte de la población mundial carece de acceso al agua potable
incluso en lugares donde aparentemente hay agua suficiente, y más aún los
sectores más pobres son los que tienen
dificultades para acceder a dicho recurso, todo ello por la desigualdad social
que actualmente se vive.
Según últimos
estudios realizados en el mundo refieren que las principales causas de la
disminución de la cantidad de agua son: El desperdicio desmedido de agua, aumento de la
población mundial, la industrialización, el calentamiento global, tala
indiscriminada de bosques, contaminación de las fuentes de agua dulce, entre
otros.
A todos nosotros queda tomar
conciencia de la disminución de este recurso y tomar cartas en el asunto; cada individuo
desde nuestros hogares y actividades diarias que realizamos podemos contribuir
al ahorro del agua, y evitar el desperdicio desmedido de este recurso. Asimismo el
trabajo que nos toca, es desde nuestras familias educando
a los niños y desde la posición donde nos encontremos, para que nuestras
generaciones posteriores tengan la gran dicha de gozar con este recurso. Cuidar
el agua es responsabilidad de todos.