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Ronald Bustamante |
La tradición
carnavlesca en la región viene desde tiempos muy remotos, y a pesar que el origen de esta
festividad no es oriunda de de estos lugares, ha logrado establecerse con muchísima naturalidad en el corazón de de nuestra gente, dando lugar a una forma de manifestación cultural propia de nuestros
pueblos. El Carnaval no es más que la concurrencia de diferentes componentes, tanto foráneos como
los del lugar, donde se realizan las celebraciones. Como elemento primordial se puede mencionarentre tantos, al infaltable y costumbrista corte de la Unsha, cuya naturaleza es de origen agrarista, es decir, alrededor del árbol se danza y se
canta, como una clara manifestación de gratitud
a la producción agrícola, y por ello es que el árbol de la Unsha suele
revestirse con productos de panllevar y
las tradicionales cañas de azúcar.
Las fiesta de carnaval no solamente se configura como la
reunión para bailar y danzar alrededor de la Unsha sino que , es una forma de
integrar a las familias y los distintos pueblos con sus propias características, disfrutando de las ya conocidas “mojaderas” con globos
llenos de agua, talco, y pintura.
Demás está mencionar las comparsas que
desfilan por la plaza de armas, dejando entrever una gran variedad de atuendos y máscaras con distintas alegorías, llevando quizá, algún mensje indirecto para alguna autoridad o mal funcionario, lo cual hace propicia la ocación para mofarse de manera festiva.
Mención aparte merecen las tradicionales coplas y el verso mordaz del contrapunto,
oportunidad perfecta en la cual afloran
las mejores estrofas cantadas, llenas de sátira y comicidad, que no hacen sino desprender la más atronadora carcajada
en los concurrentes.
Esas celebraciones tienen el color del optimismo y el abandono, por un
instante, del mundo de las tribulaciones en que a veces el ser humano arrastra
en la cotidianeidad.
Tales razones, no son motivo de una silente complicidad, por ello no se
puede obviar esa mirada crítica y recurrente sobre todo en este tipo de
festejos que supone la integración de nuestros pueblos.
Año tras año se celebra, en el sacrosanto nombre de la provincia de Cutervo,
pero ni uno solo de los 15 distritos es partícipe en esta mesa celestial. Se
apunta a promover el turismo, pero no se hace nada al respecto, se busca la
integración, pero se desisntegra.
Quienes tengan la responsabilidad de la
organización de esta festividad debería ser personas ligadas al campo de la
cultura, con una profunda visión de nuestros pueblos, con conocimiento del
verdadero sentido de la tradición ancestral. Eh ahí el papel a desempeñar las diferentes instituciones públicas, de los diferentes sectores, y también la participación de la sociedad civil .
Una cuota de realismo a esta festividad como ingrediente adicional y una
pincelada integracionista, harían que la ciudad capital de la provincia de Cutervo, no siga siendo muy poca cabeza para tanta corona.
A cutervo lo integran los 15 distritos, que año tras año han sido relegados a un segundo plano.
¿O será tal vez , que los organizadores desconocen la geografía y la organización política de nuestra provincia?